En Córdoba, el INTI reunió, junto a otras instituciones, a numerosos profesionales y técnicos interesados en la construcción sustentable. Se informó sobre el Proyecto SUME.
Junto al Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba y a Red Protierra Argentina, el INTI organizó, en esa capital provincial, las Jornadas de Bioarquitectura, que se realizaron durante el 12 y 13 de octubre, en forma gratuita.
Participaron numerosas instituciones y profesionales, en el marco de un ciclo de producción participativa del hábitat sustentable. Allí, especialistas del INTI presentaron el Proyecto Salón de Usos Múltiples Experimental (SUME), pensado para desarrollarse en Córdoba. A su vez, hubo ciclos de charlas y mesas de diálogo sobre construcción con materiales naturales.
La primera jornada tuvo lugar en el Centro INTI-Córdoba, donde el equipo de profesionales locales presentó el proyecto ejecutivo del SUME y su publicación técnica. Además, se contaron los avances en el desarrollo de un manual de bioarquitectura y hubo una mesa de diálogo multilateral con el lema “En el camino a la formalización de la bioconstrucción”, donde estuvieron representados investigadores, responsables de laboratorios, bioconstructores, capacitadores y promotores de distintas instituciones y provincias.
La segunda jornada se realizó en el Colegio de Arquitectos, donde hubo exposiciones de investigadores de todo el país sobre normativas y construcción con tierra, el rol de la arquitectura, ensayos de laboratorio y buenas prácticas en la bioconstrucción.
El encuentro concluyó con una visita al Taller de Bioconstrucción TABI, de la secretaría de extensión de la Universidad Nacional de Córdoba.
La bioarquitectura propone sistemas constructivos que utilicen materiales naturales locales, reciclados o de bajo impacto ambiental. En general utiliza tierra, madera y fibras vegetales. Este tipo de arquitectura contempla el diseño bioclimático, que a su vez tiene en cuenta las condiciones locales en donde se emplazará el hábitat, como la orientación solar, los vientos predominantes y la vegetación circundante, entre otras. El buen diseño y la correcta elección de materiales contribuyen a lograr un confort térmico que minimiza la utilización de energía para iluminar, refrigerar en verano o calefaccionar en invierno.
Según la ONU, la industria de la construcción concentra del 25 al 40 por ciento del uso de energía en el mundo y es responsable del 30 al 40 por ciento del total de emisiones de gases causantes del efecto invernadero. La ventaja de utilizar materiales naturales locales como la madera es que no emiten gases contaminantes, sino que los capturan durante su crecimiento. El uso del suelo como material constructivo también conlleva ahorro de transporte y su disposición final tampoco contamina.
“El INTI viene trabajando en esta temática con su programa de Tecnologías Sustentables transversalmente con los diferentes centros y laboratorios del Instituto, para dar los primeros pasos en esta materia, en un contexto de prejuicios, desconocimiento, falta de información técnica confiable e informalidad del sector productivo. El objetivo es divulgar esta disciplina y generar espacios de vinculación donde los profesionales de todo el país puedan aportar sustento técnico y generar políticas públicas de hábitat que incluyan a la bioconstrucción como una opción, y al desarrollo de normas y reglamentaciones técnicas para componentes, elementos y sistemas constructivos”, explica Alejandro Domínguez, de INTI-Tecnologías Sustentables.
Hace dos años se convocó desde el programa mencionado y desde INTI-Córdoba a profesionales que vienen trabajando en distintas ciudades y valles de la provincia para confluir en un proyecto común. De manera transdisciplinaria, especialistas independientes e integrantes de distintas universidades locales colaboraron en la elaboración del proyecto ejecutivo de un edificio público a construirse en el predio que el organismo tecnológico tiene en esa provincia.
La iniciativa cuenta con el apoyo de diferentes empresas nacionales y locales que aportarán recursos para la materialización del proyecto. El diseño del SUME tuvo en cuenta la reglamentación que considera a la madera como material tradicional a partir de la aprobación del reglamento INTI CIRSOC 601, que entró en vigencia en el año 2016.
La metodología de trabajo para el diseño colectivo del SUME fue propuesta por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), a través de herramientas para el trabajo participativo y asociativo, a fin de lograr una articulación entre diversos organismos públicos nacionales y privados, con foco en lo local.
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