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2018-12-18

Argentina jerarquiza el oficio de los manipuladores de alimentos

Con el objetivo de certificar las competencias laborales de quienes se dedican a este trabajo, el INTI lanzó una nueva herramienta que será beneficiosa para el cuidado de la salud de la población del país. También será clave para organismos de control de la inocuidad alimentaria, empresas y entidades educativas relacionadas con esta temática.

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Se conoce como “manipulador de alimentos” a toda persona involucrada en el manejo de materias primas, aditivos, ingredientes, envases, utensilios y equipos durante el proceso de recepción, elaboración, fraccionamiento, expendio, almacenamiento, transporte y control de productos alimenticios.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, anualmente el diez por ciento de la población padece alguna enfermedad de transmisión alimentaria (ETA). Una de las herramientas clave para su prevención es llevar adelante una correcta manipulación de los alimentos y, con el objetivo de jerarquizar el oficio de quienes realizan esta tarea, el INTI lanzó la “Certificación de competencias laborales para Manipuladores de alimentos”.

Cualquier persona puede postularse a la certificación, que se otorga una vez que los postulantes aprueben un examen de conocimientos teóricos y prácticos.

Toda la documentación involucrada —que incluye el programa de conocimientos obligatorios, los requisitos para presentarse, el código de ética para los manipuladores certificados y las características de los exámenes teóricos y prácticos—  fue consensuado por un Comité Técnico Asesor conformado por representantes de los sectores de la sociedad vinculados con el oficio. Lo integran organismos públicos como la Subsecretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Producción y Trabajo, el Instituto de Tecnología de alimentos y el Centro de Investigación y desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF), ambos organismos del INTA, y el Instituto Nacional de Epidemiología Dr. Juan Jara; entidades educativas como la Universidad Nacional de Luján y la Pontificia Universidad Católica Argentina; el Colegio de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires; la empresa Cookins como usuario de los servicios del personal que se dedica a este oficio; implementadores y capacitadores privados; y los representantes de los 22 Centros de INTI que van a trabajar como Organismos de Calificación.

En relación al impulso de esta iniciativa, la directora del centro de San Luis del INTI, Mirta Possetto, detalló que surgió a partir de la demanda de las industrias. Además, agregó que el Comité Técnico Asesor específico trabaja en este tema desde el año 2016 y que se realizaron 13 reuniones para consensuar toda la documentación del proceso. Destacó la importancia de que los organismos provinciales y municipales de control de la inocuidad de los alimentos que consumen los ciudadanos, tienen ahora a su disposición esta herramienta como posible requisito para obtener la Libreta Sanitaria, y para la contratación de las empresas proveedoras del Estado.

“La nueva certificación será beneficiosa para las empresas (fabricantes, de logística, comercializadoras, entre otras) para garantizar la contratación de manipuladores con buena formación teórica y práctica, lo que redundará en acceso a mejores mercados y en bajar costos internos por reclamos y reprocesos”, destacó Ramiro Casoliba, director del Centro de Santiago del Estero del INTI.

“Una de las características de la certificación es que es temporal, porque la norma entiende que la competencia para desenvolverse en un oficio se puede perder por muchas razones, desde una enfermedad, hasta por haberse dedicado a otra tarea", detalló Isabel Tiscornia, responsable de la Coordinación de Certificación de Personas del INTI. Así mismo, remarcó que el proceso no incluye la capacitación previa, quedando los postulantes en libertad de decidir si necesitan o no pasar por una capacitación formal en función de los conocimientos requeridos para el examen, explicitados en el programa de conocimientos obligatorios.

“La certificación es una herramienta valiosísima puesta a disposición de los gobiernos y las empresas que busca garantizar a los ciudadanos la inocuidad de los alimentos consumidos en cualquier lugar del país” concluyó Tiscornia.

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