En el marco del ciclo de charlas 'Hablando de diseño', tres expertas del INTI contaron la experiencia de trabajo en vinculación con los sectores productivos de Mendoza, Entre Ríos y Tandil.
Tres profesionales del INTI —Lucila Albisu, de Mendoza; Griselda Burquet, de Entre Ríos, y Mónica Campanaro, de la Unidad de Extensión de Tandil, provincia de Buenos Aires— visitaron el Parque Tecnológico Miguelete (PTM), donde brindaron exposiciones referidas al trabajo que llevan adelante en sus localidades en coordinación con el Centro Diseño Industrial, a través del programa Diseño para la Innovación. El encuentro, denominado “Diseño en territorio, trabajo en red para potenciar la industria argentina”, se realizó en el aula del Centro Construcciones.
La primera en exponer fue Albisu, quien destacó la articulación generada en Mendoza con instituciones educativas, empresas y cámaras que las nuclean, dependencias de los estados nacional y provincial dedicadas al fortalecimiento del desarrollo local y a la economía social, y actor de este último segmento, como cooperativas y organizaciones diversas. También resaltó que en el territorio el INTI se viene vinculando principalmente con las industrias vitivinícolas, de alimentos y de metalmecánica. En ese sentido, el organismo realiza diagnósticos de diseño, formula y evalúa proyectos, asiste técnicamente, colabora con acciones de difusión, brinda capacitaciones; lleva adelante tareas de investigación, referidas a instancias de prototipado o análisis de ciclo de vida; promueve el agregado de valor en conjunto con las redes productivas y hace gestiones para la búsqueda de distintas opciones de financiamiento en los casos necesarios.
Albisu señaló que “muchas veces existe una brecha muy grande entre la idea o proyecto original y su efectiva puesta en marcha”. Y en esa línea agregó: “Es frecuente que empresas pequeñas o medianas y organizaciones sociales encuentren dificultades para buscar fondos que sustenten sus iniciativas, como así también para elaborar presupuesto, gestionar o elaborar presentación formales de sus planes productivos”.
Además, desde Mendoza no solo se articula con Diseño Industrial para la asistencia a las pymes locales, sino también con los centros de Tecnologías de Gestión, Envases y Embalajes, Energía y Ambiente, entre otros. De esta manera, se puede brindar apoyo en materia de lay out, diseño de producto, eficiencia energética, mejora en la productividad, etiquetado, equipamiento y tratamiento de efluentes, entre otros temas.
Nuevos desafíos
Burquet, por su parte, hizo hincapié en el hecho de que el Centro INTI Entre Ríos cuenta con una flamante área, la de Innovación Tecnológica, desde donde se apunta a “la mejora de la competitividad en la industria, la innovación, la creatividad y la generación de redes productivas y del conocimiento”. Griselda Burquet
Asimismo, se refirió al lugar que ocupa el organismo tecnológico en la provincia: “Falta en Entre Ríos instituciones que transfieran conocimiento y saberes en innovación y diseño. Solo el INTI puede hacerlo y, por lo tanto, ser referente en ello”.
Durante su exposición, Burquet también señaló la diversidad de sectores con los que hay o se proyecta relación y trabajo conjunto: arrocero, citrícola; metalmecánico y de bienes de capital, que sirve a su vez de soporte a otras industrias; avícola, lácteo, foresto-industrial, turístico, textil, apícola y de aluminio.
De hecho, desde agosto y hasta noviembre inclusive se lleva adelante el programa de formación “Desarrollo y diseño de productos, herramientas y enfoques para el trabajo en pymes”: incluye a siete ciudades entrerrianas — Colón, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Larroque, Paraná, Urdinarrain, Villa Elisa— y a las actividades foresto-industrial, metalmecánica, textil y apícola, además de estar destinado a emprendedores.
A futuro, se busca ampliar los servicios de diagnóstico, a fin de conocer en profundidad el estado del diseño en las industrias de Entre Ríos; como así también de asesoramiento y capacitación. En relación a la formación, Burquet expresó: “Nos interesa fomentar la creatividad para emprendedores, que aspiren a no hacer más de lo mismo, sino con la innovación como horizonte”.
Entramado diverso
Por último, a su turno Campanaro también recalcó la pluralidad de la escena productiva en Tandil, donde los rubros con mayor protagonismo son el de alimentos —principalmente por sus salames, quesos y otros productos lácteos—, metalmecánica, minería de canteras, construcción, maderas, software y el turístico.
Allí el INTI participa del trabajo en red junto al municipio local y a otros de esa zona bonaerense; cámaras empresariales, escuelas técnicas, parques industriales, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y ministerios nacionales, como los de Energía, Trabajo, Desarrollo Social y Ciencia y Tecnología.
A su vez, la responsable de la Unidad de Extensión tandilense afirmó que la vocación es acercarse a las empresas y no solo esperar una demanda de parte de ellas. En esa línea, contó que además de diagnósticos, estudios de mercado, asistencia y capacitación, se trabaja en la mejora de los procesos industriales y de gestión de las organizaciones, en su desarrollo comercial y comunicacional, en buenas prácticas de manufactura; en el concepto de marca, en packaging y etiquetado, entre otros aspectos. “Es importante que las pymes, cooperativas y los emprendedores sepan para qué y para quiénes producen aquello en lo que trabajan, que conozcan muy bien a los usuarios y al contexto en el que se desenvuelven. Además, nos interesa mantener el vínculo y poder hacer seguimientos, de manera de saber cómo continúa la realidad de todos esos actores productivos una vez que el INTI ya no los asiste”.
Comunicación
