Es la noche del sábado 15 de agosto en Buenos Aires y Rafael Kohanoff ya no está entre nosotros… pero está
Es la noche del sábado 15 de agosto en Buenos Aires y Rafael Kohanoff ya no está entre nosotros… pero está. Es lo que pensé, sentí y escribí esa noche y a las palabras a las que vuelvo ahora, todavía en pandemia lejos de las oficinas de nuestro querido INTI. Pienso en esa oficina, la de Rafael, a la que entré por primera vez en el invierno del año 2005 para tener la oportunidad de acompañarlo, compartir y aprender mucho con él, de él. Ese día me preguntó quién me había avisado, cómo me había enterado de que estaba buscando un colaborador para desarrollar un proyecto, un nuevo espacio que abordara temáticas como salud, adultos mayores y discapacidad. Desde esa mañana soleada de invierno, desde esa primera conversación fue compartiendo y fui descubriendo mucho de su plena vida. Seguramente, quienes lean estas líneas y tuvieron la posibilidad de escucharlo, recordarán pasajes sobre su familia, su actividad empresarial, política y social, sus preocupaciones y acerca de sus sueños. Su extensa trayectoria se encuentra plasmada en cantidad de acciones y en concreción de tantos proyectos. Al mismo tiempo y con la misma intensidad, destacan las cualidades que le vi cultivar a diario: inteligencia, tesón, generosidad, amistad, humor, entusiasmo, solidaridad. Su impronta emprendedora y la obsesión por formar a colegas en el plano educativo, social y productivo sosteniendo que no existe mayor satisfacción que hacer cosas para las personas que más lo necesitan, siempre en una búsqueda de mejora de cada vida. En estos quince años, cientos de reuniones, actividades y conversaciones de trabajo se desarrollaron con alegría y, tantas veces finalizaron con una misma frase: "el futuro es nuestro", pacto y promesa acuñada por Rafael y sus compañeros cuando estudiantes de ingeniería química. Pacto y promesa que supo hacer propios y que le recordara como símbolo de gratitud y amistad el día que recibió la distinción de honor Domingo F. Sarmiento otorgada en el Congreso de la Nación. Releo estas palabras pensando en tantas otras… en hechos y enseñanzas que nos deja Rafael. En la energía que lo caracterizaba, puesta incansablemente en la tarea para que el futuro fuera nuestro y, definitivamente, perteneciera, alcanzara a todos.
Links de interés
Discurso de Leonardo Cruder en el Senado de La Nación, durante el homenaje a Rafael Kohanoff en 2010, cuando recibió la máxima distinción Domingo F. Sarmiento por su trayectoria.
Poniéndole calidad a la vida, entrevista realizada en el Intercambios N°3, año 2006.
He vivido, entrevista realizada en Telefé Noticias en octubre de 2019.
