Se trata de dos proyectos seleccionados. Uno de ellos aborda la certificación de elementos de protección personal para los trabajadores de la salud y la exploración de diferentes soluciones en materiales textiles. El otro tiene que ver con el desarrollo de un recubrimiento con propiedades antivirales para ser aplicado en los textiles que se utilizan en la confección de estos elementos.
Ambas iniciativas seleccionadas buscan brindar soluciones a la industria, herramientas para enfrentar la pandemia y mejorar las condiciones de seguridad de los trabajadores de la salud que hoy en día se encuentran en la primera línea de batalla contra el COVID-19. A continuación, desde la voz de sus protagonistas, les contamos de qué tratan.
Soluciones y desarrollos sostenibles para la certificación de elementos de protección personal (EPP) para disminuir la propagación del COVID
La iniciativa es una de las 64 ideas proyectos seleccionadas por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y tiene como fin avanzar hacia la conformación de criterios de evaluación de productos textiles destinados al personal de la salud -contemplando los requisitos técnicos de los organismos de control-, la validación de procesos de desarrollo y la transferencia de nuevas tecnologías aplicadas en las empresas del sector textil/indumentaria para la confección de productos de salud y complementarios en el marco de la crisis sanitaria generada por COVID-19.
El proyecto busca otorgar soluciones al sector y transferir el desarrollo a la industria, priorizando las posibilidades de reemplazo de materiales descartables por reutilizables. También contempla destinar el financiamiento otorgado (de 100.000 dólares) a la compra de un equipo que llegará en los próximos meses y con el cual se podrán realizar pruebas para evaluar la capacidad de filtrado y luego certificar los barbijos que se conocen en el mercado como N95.
Hasta el momento lograron avanzar en el desarrollo de dos metodologías para abordar las determinaciones, estas son: respirabilidad y capacidad de filtrado. Estos métodos puestos a punto por el INTI permitieron al ANMAT dar certificados provisorios a importadores y proveedores de materiales del sistema de salud.
Los principales resultados están relacionados a la oferta de servicios de ensayos específicos para productos médicos textiles; la atención de consultas de diversos actores del sector; articulación con ANMAT para dar soporte técnico a las certificaciones obligatorias requeridas para productos médicos y evaluación de condiciones de proceso para optimizar recubrimientos textiles con propiedades viricidas. También la participación en comités de normalización IRAM para requisitos de tapabocas comunitarios y la elaboración y difusión de protocolos de buenas prácticas de manufactura.
“Estos resultados se dieron en un contexto de sinergia y vinculación con el sector industrial”, indica Mariana Carfagnini, coordinadora general del Proyecto e integrante del Centro Textiles quien agrega que "si bien durante todo el ASPO el Laboratorio de Textiles continuó trabajando y realizando ensayos, el contexto implicó un gran desafío de coordinación para todos nosotros, pero a su vez fue una gran oportunidad para posicionar al INTI, frente a todo el sistema científico, como un actor que brinda soluciones y que tiene además vinculación con la industria".
Las primeras demandas que tuvo el Laboratorio estuvieron principalmente relacionadas con aquellas empresas que se dedicaban a la elaboración de materiales para productos médicos y a la fabricación del producto en sí (mascarillas quirúrgicas e indumentaria de uso hospitalario). Sin embargo, por la propia demanda del contexto, otras firmas tomaron contacto porque necesitan comenzar a producir elementos complementarios a las medidas sanitarias. “Esto permitió la adaptación de acciones planificadas dentro del proyecto y avanzó en la puesta a punto de métodos de ensayos, se ampliaron los sustratos de experimentación para el desarrollo de los recubrimientos, se comenzó a trabajar en la evaluación de materiales textiles y sus combinaciones más adecuadas para tapabocas comunitarios, se anticipó la elaboración de protocolos de buenas prácticas de manufactura”, resalta Carfagnini.
Actualmente los integrantes del proyecto se encuentran trabajando en la validación de métodos de ensayos para presentar al Organismo de Certificación del INTI, y definir qué tipo de certificados se dará, ya que este debe indicar que el producto cuenta con una conformidad, es decir con requisitos técnicos verificados en el INTI.
En conjunto con INTI Micro y Nanotecnología, el equipo lleva adelante las pruebas en Planta Piloto para ser escalables al sector industrial, controlando propiedades funcionales medidas con ensayos específicos, acompañando al sector textil y de indumentaria en la búsqueda de soluciones sustentables de productos para el sector salud.
Como paso siguiente se espera avanzar en ensayos de durabilidad de los productos. En el próximo período las acciones se centrarán en dar marco y encuadre a un sistema de validación o evaluación de conformidad. Se continuará con las acciones de desarrollo para sentar los primeros resultados hacia el escalado industrial. También se iniciarán las actividades de determinación de ciclos de uso para materiales reutilizables.
El equipo de investigación que lleva adelante esta iniciativa está compuesto por trabajadoras y trabajadores del Instituto del Parque Tecnológico Miguelete y de Entre Ríos.
Desarrollo de recubrimiento antivirales en distintos textiles que se utilizan como EPP
El desarrollo está orientado a obtener un textil, no tejido, tratado superficialmente con actividad antiviral de acción prolongada y de amplio espectro que puede aplicarse en la fabricación de elementos de protección personal como barbijos, cofias, camisolines, entre otros, así como a demás elementos que pueden entrar en contacto con diversos virus.
Esta iniciativa fue una de las ocho elegidas entre más de 900 presentadas en todo el país, a partir de un acuerdo entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT); la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i); y la Fundación Bunge y Born y cuenta con un financiamiento de más de dos millones de pesos.
La idea proyecto fue gestada a fines de marzo inicio de abril, pero comenzó a ser ejecutada en junio. En estos meses avanzaron en un desarrollo de laboratorio, un auxiliar (producto químico que se aplica sobre las telas) basado en quitosano y nanopartículas metálicas. Este producto, una vez colocado en el textil, debe durar a través de los lavados. Se busca además que esté formulado de modo concentrado para que pueda aplicarse a gran escala en procesos de tintorería industrial.
Una vez finalizada la formulación en el laboratorio, se llevó este auxiliar textil a la Planta Piloto para aplicarlo sobre diferentes telas (como algodón o algodón y poliéster, entre otras) que se utilizan para la confección de EPP lavables como los guardapolvos o ambos. En esta instancia las pruebas alcanzaron buenos resultados. Luego se aplicó el producto en telas que se utilizan para barbijos y cofias (elementos de proyección descartables) y los resultados también fueron prometedores.
“Seguidamente hicimos el ensayo de inhibición viral. Esto último lo hizo el INTA, que forma parte del proyecto. Ellos lo probaron contra un coronavirus (canino) que nos puede dar una proyección del comportamiento del SARS-CoV-2. En base a los resultados fuimos variando la formulación hasta que llegamos a una que nos inhibe el 99,99% de los virus lo cual es un valor muy alto, muy prometedor” destaca Leandro Monsalve, coordinador general de este proyecto e integrante del Departamento de Nanomateriales Funcionales de INTI Micro y Nanotecnologías.
Actualmente el equipo que forma parte de este proyecto está gestionando la compra de un equipamiento para la evaluación de auxiliares textiles y recubrimientos en general (un tensiómetro de fuerza), realizando las pruebas de desempeños de los textiles y avanzando en la transferencia del proyecto. Esto incluye el desarrollo de proveedores, el proceso de escalado y la aplicación del procedimiento (que se realizó en la planta piloto) a escala industrial. Actualmente están trabajando con un potencial adoptante, una empresa química con gran experiencia en el sector textil.
“Hay tres cosas que me gustaría resaltar: la pandemia nos llevó a replantear nuestros objetivos; afrontamos la pérdida de la cotidianidad y el descubrimiento de nuevas herramientas y aprendimos a trabajar en el laboratorio de una manera distinta, organizando días de asistencia para cuidarnos” indica Monsalve y agrega: “Desde el primer momento, cuando empezamos a pensar este proyecto y comenzamos a convocar al personal técnico para que hiciera sus aportes, contamos con la colaboración total y muy buena predisposición para resolver todos los problemas y avanzar. Durante la gestión pasada hubo mucho seguimiento sobre la asistencia o incluso control biométrico y en este momento, en donde muchos además están también cuidando a sus hijos (lo cual es mayor caudal de trabajo), los equipos están dando lo mejor de sí para mejorar la calidad de vida de la gente y proveer de herramientas y soluciones concretas para afrontar este contexto pandémico. No me queda más que felicitar a todo el equipo”.
El 5 de octubre ambos coordinadores participaron de la visita a INTI del presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, Fernando Peirano, junto a la Directora Nacional del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), Laura Toledo, quienes recorrieron el Parque Tecnológico Miguelete para conocer los desarrollos y proyectos claves a cargo de especialistas del Instituto.
“Si bien ya veníamos en contacto con las autoridades, la visita de Fernando Peirano y Laura Toledo, nos puso muy contentos porque vemos un seguimiento y un acompañamiento de los proyectos y esto me parece muy importante” subraya Leandro Monsalve.
“Me cayó muy bien que vengan al lugar en donde se discuten estos proyectos, al propio territorio, es una manera de conocer mejor todas las dimensiones que involucran nuestras iniciativas” concluye Mariana Carfagnini.
Valeria Montenegro
