POR UN INTI INCLUSIVO
El área de Asistencia Social realiza un recorrido por los distintos paradigmas con los que se pensaron y piensan a las personas con discapacidad y convoca a lxs trabajadores del INTI con alguna discapacidad a participar de las acciones que impulsa el sector.
Hablar de inclusión significa partir del hecho de que en nuestra sociedad hay exclusión: individuos cuyos derechos han sido y son vulnerados por diferentes índoles tales como el género, la raza, la condición social, entre otras. La discapacidad no escapa a ello.
A lo largo de la historia hubo diferentes miradas y perspectivas para pensar la discapacidad, paradigmas que fueron sucesivos en el tiempo y todavía conviven y coexisten entre sí, generando modos de abordar y pensar la problemática social que ello implica.
Una de las primeras manifestaciones de dichos marcos de abordaje ubica al sujeto con discapacidad inmerso en una situación de exclusión total de la sociedad. Ubicado en un lugar de encierro, dependencia o sometimiento, era considerado una falencia para su comunidad: improductivo e incapaz, una carga con la cual lidiar.
Luego, en el contexto de posguerra de la Segunda Guerra Mundial, se pensó la discapacidad como un déficit que había que corregir, y se erigió la intervención profesional médica por sobre la voz de la persona. Esta mirada es la que más prevalece en la sociedad actual como modelo médico de la discapacidad, que centra su foco de intervención en lo que el sujeto no puede hacer y adjudica a quien porta una discapacidad el rol de paciente dependiente.
Este paradigma fue cuestionado por un grupo de personas con discapacidad en los años 70´, quienes se vieron impulsados por las reivindicaciones de los derechos civiles de las mujeres, los afrodescendientes y el colectivo LGBT. Desde una perspectiva de derechos humanos, propusieron una nueva forma de pensar la discapacidad, como respuesta a las intervenciones desde fuera que se sostenían en una ideología subsidiaria de la asistencia al excluido, bajo el lema “Nada de nosotros sin nosotros”.
El nuevo pensamiento puso su énfasis en que todas las personas son interdependientes y que la noción de independencia o autonomía es una noción también relacional. La idea de vivir de forma independiente supone ayudas, apoyos, y un entramado intercomunicacional que exhibe el modo en que todes precisamos de les otres para la toma de decisiones, pues todes dependemos de otros y otras y otres en nuestra vida cotidiana. La vida misma se devela política y social, sea cual sea la condición que a une le haya tocado en suerte. El problema de la exclusión/inclusión ya no recae en el déficit del individuo, sino en la inaccesibilidad del entorno y en la provisión de los apoyos necesarios en la comunidad. Se plantea que las personas con discapacidad tienen derechos y obligaciones en igualdad de condiciones con los demás, y que es preciso que ejerzan un rol protagónico en sus propias vidas, así como un papel fundamental en la planificación y desarrollo de una sociedad inclusiva.
Se devela que una sociedad pensada homogéneamente, y que se centra en “lo mismo” olvida “lo distinto”, para recordarlo luego bajo el manto del asistencialismo. Por ello, el nuevo rumbo recae en no olvidar que la misma construcción social de la cultura genera barreras en el entorno, y que es preciso considerar que la inclusión será el resultado de un conjunto de acciones compartidas y comprometidas que toda la sociedad deberá llevar a cabo para reducir y suprimir tales obstáculos.
Bajo este modelo social es que desde el área de Asistencia Social de la Gerencia de Recursos Humanos queremos hacer partícipes a las personas con discapacidad que se encuentran trabajando en el INTI (ya sea en el PTM o en las sedes regionales) de las acciones que se desarrollan desde el sector, tendientes a favorecer la inclusión. Pues buscamos un cambio respecto a la manera de pensar, concebir y enfocar los procesos necesarios para sortear las dificultades que generamos como sociedad interdependiente dentro de una organización. Precisamos que sean los propios protagonistas quienes expresen cuáles son las barreras físicas, comunicacionales o actitudinales que todavía persisten en nuestra institución para alcanzar una inclusión plena. Por ello, abrimos el espacio para la presentación de inquietudes, propuestas, intereses y proyectos que podamos realizar conjuntamente en materia de inclusión.
Apostamos a lograr que este modelo se constituya en una política institucional que se haga extensiva a todo el colectivo del INTI, sorteando conjuntamente el complejo entretejido de interacciones de la persona con su medio social y laboral donde se condensa y coagula el precipitado de construcciones y estigmatizaciones respecto de lo diverso.
Si tenés una discapacidad, tengas o no el certificado, y quieres formar parte de esta estrategia que nos compete, comunicate a asistenciasocial@inti.gob.ar.
Por un INTI inclusivo.
Área de Asistencia Social
