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2021-11-26

MÁS CAPACIDADES

“Este proyecto vino a encauzar toda esa reacción que ocurrió espontáneamente con las ganas de aportar desde nuestro conocimiento”

El área de Textiles incorporó el primer equipo del país que permitirá medir capacidad de filtrado en elementos de protección respiratoria según normas internacionales. Mariana Carfagnini, coordinadora del proyecto por el cual se adquirió el nuevo equipamiento en el marco de la convocatoria extraordinaria de la Agencia I+D+i del MinCyT para el aporte de soluciones que mejoren la capacidad de respuesta a la pandemia, nos cuenta cómo fue el proceso que confluyó en este logro del grupo de trabajo.

Grupo de trabajo junto al equipo adquirido en Textiles
Natalia Salvatierra, Fabricio Molinari, Emilse Moreno, Josefina Luengo, Mariana Carfagnini y Martín Sánchez son algunos de los integrantes del grupo de trabajo que presentó el proyecto “Soluciones y desarrollos sostenibles para la certificación de textiles y EPP para disminuir la propagación del COVID-19", por el cual se adquirió el equipo

En los primeros meses de la emergencia epidemiológica provocada por el COVID-19, la creciente demanda de productos sanitarios e higiénicos, y la fuerte disminución del consumo de la población en indumentaria, llevaron a que muchas empresas se interesaran por el nuevo mercado de la indumentaria sanitaria, orientándose a la fabricación de productos médicos como mascarillas quirúrgicas y elementos de protección respiratoria. Asimismo, la fabricación de tapabocas o barbijos comunitarios aparecieron como herramienta complementaria a las medidas de protección.

El área de Textiles acompañó ese proceso, dando respuesta a la alta demanda del sector, que requería asistencia para la producción, desarrollo y evaluación de estos productos. Tan alta fue esa demanda, que durante marzo y agosto de 2020 Textiles lideró el pedido de consultas recibidos a través del sistema SAP, llegando al 36 % de todo el INTI.

Ante la convocatoria de la Agencia I+D+i del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT) para el aporte de soluciones en el contexto de emergencia sanitaria del coronavirus, el grupo de trabajo de Textiles presentó, junto al área de Micro y Nanotecnologías, el proyecto “Soluciones y desarrollos sostenibles para la certificación de textiles y EPP (equipo de protección personal) para disminuir la propagación del COVID-19", por el cual el INTI adquirió recientemente, por un monto de 100 mil dólares, un equipo denominado Filter Tester que permite medir la capacidad de filtrado de partículas y la respirabilidad del material filtrante de elementos de protección respiratoria, según normas de ensayo y clasificación de reconocimiento internacional con las que se realiza la aprobación de la Federal Drug Administration (FDA) de Estados Unidos. De esta manera, el instituto cuenta con el único equipo del país que realizará el ensayo de filtrado de partículas para elementos de protección respiratoria requerido por ANMAT dentro del Marco Regulatorio para Productos para la Salud.

El proyecto por el cual adquirimos este equipamiento persigue, por un lado, contar con un laboratorio de referencia en textiles de uso sanitario para el Estado y la sociedad en su conjunto, en donde se puedan hacer los ensayos de caracterización y evaluación de funcionalidad de materiales textiles para uso sanitario, y, por otro, el desarrollo de procesos de recubrimiento antivirales en textiles, con el grupo de trabajo de Nanomateriales, a cargo de Leandro Monsalve, que ha llevado adelante las pruebas específicas junto al equipo del Laboratorio de Virología del INTA, y, a escala industrial, en empresas del sector textil que interactúan con el INTI.

“Estamos avanzando en completar un sistema de evaluación de estos elementos de protección sanitarios, algunos de ellos conocidos como barbijos N95. Con el nuevo equipo se podrán realizar mediciones de acuerdo a estándares trazables a parámetros de referencia internacionales”, comenta Mariana Carfagnini, coordinadora general del proyecto y experta de Textiles, quien explica en qué consisten los ensayos: “El equipo genera el pasaje de una corriente continua de una solución de cloruro de sodio aerolizada a través del material filtrante de un barbijo o máscara respiratoria. Mediante la captación y conteo por fotometría de la cantidad de partículas a la entrada y salida de la cámara de soporte de la muestra a ensayar, se determina la eficiencia de filtración”.

Mariana también explica que es posible medir la respirabilidad por una diferencia de presión que se da por la resistencia al pasaje de aire. Los parámetros de capacidad de filtrado y respirabilidad son dos de las determinaciones necesarias para la clasificación de elementos de protección respiratoria. “Son dos variables difíciles de ajustar, debe haber un equilibrio entre ambas. Podés hacer un barbijo con mucha capacidad de retención, pero si no te permite respirar, no sirve. Hay que encontrar el tamaño de poro adecuado para que puedas respirar y a su vez evitar el pasaje indeseado de la partícula”, precisa.

“SENTIMOS QUE DESDE EL INTI TENÍAMOS QUE HACER ALGO Y LA RESPUESTA FUE INMEDIATA" 

Cuando aún no se contaba con este equipamiento, desde el área de Textiles se desarrolló un prototipo respetando el mismo principio de funcionamiento y un método interno para la medición y conteo de partículas a través de un programa de imágenes. Además, se adaptó un equipo que se empleaba en el laboratorio para la medición de finura de lana que hizo posible realizar los ensayos de respirabilidad en mascarillas quirúrgicas y elementos de protección respiratoria. El grupo de trabajo conjugó la experiencia en la asistencia al sector textil con la necesidad de aportar soluciones en un contexto crítico. De ese modo, se pudieron emitir los informes técnicos que los proveedores del sistema de salud requerían para acceder a los requerimientos regulados por ANMAT. La puesta en funcionamiento del equipo permitirá aumentar el alcance de aplicación de los resultados obtenidos”, asegura la coordinadora del proyecto.

Mariana recuerda cuáles fueron las primeras asistencias que, de manera articulada, se pusieron en marcha desde distintas áreas del instituto ante la emergencia sanitaria. “Sentimos que desde el INTI teníamos que hacer algo y la respuesta fue inmediata. Al aparecer el uso de los tapabocas comunitarios o barbijos sociales se comenzó a trabajar junto al Observatorio de Tecnología Médica de la sede de Entre Ríos en la elaboración de dos protocolos que funcionaron como guías para asegurar cuidados básicos en la producción de las mascarillas higiénicas reutilizables e indumentaria higiénica, tanto en el diseño, los materiales y las morfologías posibles”, explica.

Por otro lado, para el caso de los tapabocas, que no se consideran productos médicos y que, por lo tanto, no tienen que cumplir con la regulación de ANMAT, el INTI, que también ensaya estos elementos en sus laboratorios, participó en el comité de normalización de la norma IRAM que establece valores de referencia que deben cumplir los barbijos comunitarios. “En ese primer momento, había que bajar criterios sobre qué materiales textiles podían ser utilizados. Esto se estaba discutiendo en el mundo. Recuerdo que se trabajó desde nuestras casas buscando información, manteniendo reuniones de modo virtual y se hizo al tiempo de la urgencia del momento, tomando como referencia los trabajos de los institutos de normalización franceses, portugueses y españoles, así como institutos referentes colegas en el sector textil e indumentaria”, detalla Mariana.

La especialista de Textiles adelanta que luego de lograr la puesta a punto para los ensayos de elementos de protección respiratoria, como los N95, comenzarán a investigar las posibilidades de uso del nuevo equipo para ampliar el alcance a otros materiales textiles empleados en elementos de protección sanitaria reutilizables. “Este proyecto vino a encauzar toda esa reacción que ocurrió espontáneamente con las ganas de aportar desde nuestro conocimiento”, concluye.

Carmen Canteros
INTI Comunicación
cominterna@inti.gob.ar
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