HOMENAJE
En cinco emotivos encuentros, más de 300 intianas e intianos fueron distinguidos en las tradicionales entregas de medallas a quienes cumplen 30, 35, 40 y 45 años en el instituto, y a quienes iniciaron su jubilación. Te compartimos las fotos y videos de los eventos y las palabras de las y los oradores que sintetizaron el sentimiento colectivo de orgullo y pertenencia al instituto.
El Auditorio Rafael Kohanoff se volvió una verdadera fiesta intiana al retomar en el PTM los tradicionales encuentros que distinguen a trabajadoras y trabajadores con más de 30 años en el INTI y a quienes se jubilaron y seguirán siendo parte de su comunidad.
“Es una gran alegría haber recuperado este espacio en el que reconocemos la trayectoria de las y los compañeros del INTI. Este año, por primera vez, realizamos las ceremonias de entregas de medallas en las sedes fuera del PTM para que los homenajeados tengan la posibilidad de compartir ese momento con sus familias”, destacó el vicepresidente, Jorge Schneebeli.
“Nuestro compromiso siempre fue ponderar el trabajo que hacemos en el INTI y valorar a cada uno de sus integrantes. Decirles gracias y reconocer la trayectoria de ustedes es parte de esa tarea, porque lo más valioso que tiene el instituto son sus trabajadoras y trabajadores”, expresó la presidenta, Sandra Mayol, en uno de los encuentros.
Primera ceremonia de entrega de medallas a compañeras y compañeros del PTM, realizada el 17 de agosto.
Entrega de medalllas realizada el 1 de septiembre en la que participó el ingeniero Andrés Dimitruk, recientemente homenajeado, al haberse denominado con su nombre al edificio de Micro y Nanoelectrónica del Bicentenario.
PODÉS VER LAS FOTOS DE TODOS LOS ENCUENTROS DESDE AQUÍ.
TAMBIÉN TE COMPARTIMOS LOS VIDEOS DE LAS CEREMONIAS: ENCUENTRO 17/08; ENCUENTRO 24/08; ENCUENTRO 1/09; ENCUENTRO 14/09; ENCUENTRO 25/09.
Entrega de medallas a intianas e intianos realizada el 24 de agosto.
Entrega de medallas realizada el 25 de septiembre.
Como ya es tradición de este evento que organiza el área de Ceremonial y Protocolo, en cada edición se presentó un video con fotos de los agasajados, donde se ven distintas etapas de su recorrido institucional.
UN LUGAR EN EL MUNDOUno de los momentos más emotivos estuvo a cargo de quienes compartieron unas palabras en representación de las y los homenajeados. “¿Qué tiene el INTI que hace que nos quedemos y que seamos felices quedándonos? Con el paso del tiempo, uno se empieza a dar cuenta que este es nuestro lugar en el mundo del trabajo”. Mónica Pinto inauguró con ese sentimiento compartido la serie de sentidos discursos. “No nos imaginamos trabajando en otro lado. Amen al INTI como lo amamos nosotros”, agregó. La especialista, a cargo del sector de Diseño de Materiales, resaltó “la importancia de la compañía y libertad laboral que se siente en este lugar, y el valor de cuidar y defender a nuestra institución. Quiero dejar un mensaje para la nueva generación: aprovechen el INTI, hagan trabajos interdisciplinarios, porque eso nos hace crecer. Incluso nosotros, los más viejos, aprendemos de cosas que no teníamos ni idea, podemos opinar, nos sentimos contenidos y eso fortalece el sentido de pertenencia, el mismo sentimiento que se puso en alerta cuando estuvo en peligro el INTI y tuvimos que salir a defenderlo”. Mónica instó a no perder la memoria acerca de lo sucedido, e hizo hincapié en sus efectos, como la disolución de grupos de trabajo y lo difícil que fue volver a empezar. Por su parte, Leila Devia, responsable del Departamento de Aplicación del Convenio de Basilea, expresó su emoción al ver el video homenaje preparado para la ocasión: “Recordaba mientras veía todas las caras y me parece imposible haber llegado hasta acá, que todos estemos juntos, unidos, aún viviendo momentos difíciles”. Leila reconoció a quienes le permitieron creer y desarrollarse profesionalmente en el INTI, como Joaquín Valdés, Héctor Laiz, y Enrique Grunhut. “Siempre me impulsaron para seguir estudiando, trabajando y para conectarme”. También ponderó la posibilidad que le brindó la institución para realizar un recorrido profesional propio. “Ser abogada en el año 1978, cuando empecé a trabajar aquí, era difícil. Sin embargo, el INTI me dio la posibilidad de encontrar temáticas en las que podía intervenir y desarrollarme vinculadas a los recursos naturales y a descubrir que podía especializarme en derecho ambiental, que en ese momento no tenía el auge que tiene hoy. Siempre recibí apoyos de mis jefes y compañeros, con quienes trabajamos interdisciplinariamente”, destacó Leila, quien sumó un especial agradecimiento a las autoridades y a la Gerencia de Finanzas, por el acompañamiento para la concreción de cada proyecto.
En el tercer encuentro, fue Liliana Fraigi quien tomó la palabra entrelazando hitos personales y profesionales durante su recorrido institucional: “Entré al INTI como estudiante, me recibí, me casé, me volví a casar, tuve una hija bellísima que hoy me acompaña, que fue a un jardín que la cuidó de maravillas, y que todos debemos agradecer que tenemos. Logré el doctorado y ser directora de dos centros. Pero más allá de mi experiencia, ¿por qué elegimos el INTI? En este instituto nacional, que impulsa el desarrollo tecnológico de las pymes, se hace gran parte del trabajo que el país necesita, tanto el sector productivo como la sociedad en su conjunto. Me encetaría poder transmitir el orgullo que sentí al pertenecer a esta institución. Tenemos que seguir defiendo al INTI en sus infinitas facetas, porque defenderlo es también defender a la gente. Muy pocas veces hemos tenido autoridades que han sido cuadros en INTI y eso es maravilloso porque pueden entender qué sienten sus trabajadoras y trabajadores”, destacó la exdirectora de los centros de Electrónica e Informática y de Micro y Nanoelectrónica del Bicentenario. Alfredo Ladrón González, exdirector del Centro de Maderas y Muebles y estudioso de la historia del instituto, repasó distintas etapas del INTI. “Hemos vivido épocas buenas y no tanto, en lo institucional, laboral, grupal y personal, pero mayoritariamente hemos construido una mística institucional. En otras palabras, nos pusimos la camiseta. Tuvimos y tenemos sentido de pertenencia, que nos hizo superar los tiempos en los que las orientaciones políticas del instituto eran lejanas a nuestras propias ideas. La mística y pasión por lo que hacemos es condición necesaria, aunque no suficiente, para conformar equipos y sentirnos contenidos. Es necesario transmitir esa mística y pasión a los más jóvenes”.
“Ingresé al INTI con 23 años y me fui con 61. Imaginan que aprendí muchas cosas de este INTI querido: a trabajar con método, a manejar urgencias, imprevistos, a aguantar broncas, a planificar, a hacer malabares con los recursos. También a militar, a escuchar, negociar y discutir. Aprendí de muchos compañeros la importancia de la defensa de las ideas. Aprendí de ustedes y hasta de sus hijos, esos pibes que estaban en el jardín cuando entré y ahora me los encuentro trabajando y preguntándome si me acuerdo de ellos. Si esto no es una familia, no sé qué es. Acá conocí a Jorge, mi gran compañero de vida y formamos una familia hermosa. Acá cuidaron educaron y alimentaron a mis hijas. Acá me hice de amigos, acumulé cariños, enojos, alegrías y tristezas. Acá viví”.
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